La Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara (OFJC) se presenta el 3 de mayo a las 7pm en el Teatro Villa Mayor con un repertorio variado y lleno de contrastes.
Comenzando con una pieza alemana del periodo barroco, seguida de una pieza venezolana y continuando con las composiciones de músicos colombianos vivos, para destacar el trabajo de músicos de la región que hacen una apuesta por la música por fuera del folclor.
Continuando con el homenaje a la música barroca que la OFJC está realizando este año, el concierto iniciará con el Concerti Grossi 1 y 2 Op. 6 del compositor alemán Georg Friedric Haendel. Este compositor es uno de los mayores exponentes del periodo barroco, junto con Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi, Arcangelo Corelli y Claudio Monteverdi.
“Este año nos concentramos en el periodo barroco y estudiamos a fondo el estilo de cada compositor y de la época, para hacer una interpretación históricamente informada”, afirmó Leopoldo Federico Hoyos, director de la OFJC.
La música barroca está relacionada con la época cultural homónima en Europa y se caracteriza por la aparición de la tonalidad y el uso del bajo continuo. Este periodo abarca aproximadamente desde el nacimiento de la ópera alrededor del 1.600 hasta la muerte Bach, en 1.750. En esta época se crearon formas musicales como la sonata, el concierto y la ópera.
La OFJC se especializa en esta música europea y al mismo tiempo incorpora las composiciones de músicos contemporáneos vivos. “Llevar a concierto esta música es muy importante para lograr la dramaturgia musical nacional. Ellos no siempre tienen la posibilidad de escuchar sus propias obras, lo cual es una pena teniendo en cuenta el talento que hay en el país”, dijo Hoyos.
El concierto del 3 de mayo incluye las piezas ‘Fuga criolla’ y ‘Fuga romántica’ del compositor venezolano Juan Bautista Plaza (1898-1965). La obra de este músico constituyó una importante labor de rescate de la música colonial venezolana.
Aunque Plaza se perfila como uno de los compositores más prolíficos de la historia musical de ese país, nunca vivió de la composición pues en ese entonces un músico académico no podía sostenerse económicamente de sus creaciones. Plaza estudió música en Roma y a su regreso fue nombrado Maestro de Capilla de la catedral de Caracas.
Para evitar este tipo de acontecimientos, el maestro Hoyos ha enfatizado su interés por interpretar la música de compositores colombianos vivos.
“Como director artístico de la OFJC siempre ha sido prioridad tener contacto con los compositores vivos, no solo para tener la dicha de interpretar su música sino para que los jóvenes conozcan de cerca lo que se está produciendo en este momento en la escena musical nacional”, dijo Hoyos.
La música colombiana que escucharemos en el concierto del Teatro Villa Mayor son composiciones de Gustavo Parra y de Mauricio Nasi.
“Interpretar estos dos temas es una manera de dar la palabra a cada creador. Son dos artistas con estilos diferentes, que trascienden los estereotipos del ‘creador latinoamericano’ y presentan una música que no necesariamente tiene que ver con el folclor sino que plantea otras sensaciones y perspectivas”, observó el maestro Hoyos.
Gustavo Parra, nacido en Ipiales (Nariño), adquirió su gusto por la música inició desde niño, aunque solo empezó a estudiarla al cumplir la mayoría de edad. Parra es uno de los más importantes compositores de la música académica contemporánea colombiana.
“Gustavo es colega mío de la Universidad Nacional. ‘Sai-Na-Ham’ es una obra muy interesante, una pequeña sinfonía para cuerdas cuyo nombre al revés quiere decir manías. Es una obra compleja que requiere la total concentración de los músicos por su ritmo impredecible”, reveló el maestro Hoyos.
Mauricio Nasi (Bogotá) es un compositor que se basa en las nociones de la música descriptiva y la música programática del repertorio europeo del siglo XIX. “La obra ‘Vórtice fractal’ es corta pero muy linda e intricada, requiere un excelente manejo de los instrumentos de cuerda”, dijo el maestro Hoyos.
La OFJC está compuesta por 20 virtuosos jóvenes colombianos que tienen la misión de generar una atmósfera de intimidad, fuerza y espontaneidad que caracteriza a la música de cámara.
La música de cámara es compuesta para un grupo pequeño de instrumentos, en contraposición a la música de orquesta. Se trata de música que genera cierta noción de cercanía y permite la interacción constante entre los músicos.
Cada uno interpreta una parte diferente y no incluyen obras para instrumentos solos. En principio, las orquestas de cámara no cuentan con director, por lo cual los músicos deben estar situados de manera que puedan mirarse entre sí, para lograr una mejor coordinación.
Este tipo de música surgió en Europa en la Edad Media y el Renacimiento y se practicaba en salones pequeños a los que se les llamaba cámaras. Originalmente dirigida a grupos de la aristocracia, la música de cámara se fue popularizando en diferentes ambientes y se convirtió en el ensamble ideal para reuniones pequeñas.
“La música de cámara es muy humana, lleva a lo íntimo y explota la gran fuerza expresiva de las cuerdas. En el Teatro Villa Mayor nos sentimos como en casa no solo por la acústica del lugar sino porque allí se está conformando un público interesante que merece obras novedosas y un repertorio variado”, expresó el maestro Hoyos.
El concierto de la OFJC se presentará el próximo jueves 3 de mayo a las 7 de la noche gracias a la alianza entre el Teatro Villa Mayor y la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
