Protocolización del Artículo 66 del Plan de Desarrollo Distrital para la localidad de Antonio Nariño. El artículo busca garantizar la igualdad de los derechos de los pueblos étnicamente diferenciados. La puesta en marcha del Artículo 66 en la localidad implica que se cumplan de manera real y efectiva las políticas con enfoque diferencial étnico.
El pasado jueves 12 de noviembre se realizó un encuentro interétnico con los representantes de los diferentes pueblos indígenas y comunidades afro que residen en Antonio Nariño, para llevar a cabo la protocolización del Artículo 66 y establecer acciones diferenciales en el marco de la fase II de Presupuestos Participativos. De esta manera se instaura un presupuesto específico para actividades importantes para las comunidades, como el Día de los Pueblos Indígenas y el Día de la Afrocolombianidad.
Antonio Nariño es una de las localidades pioneras de Bogotá en materializar el Artículo 66, para que los pueblos indígenas que residen en la localidad – Uitoto, Kichwa, Inga, Kamentsá (Camsá) – y las comunidades afrobogotanas puedan tener incidencia en las decisiones del Plan de Desarrollo Local y así se garanticen sus derechos fundamentales como pueblos, como el derecho a la identidad, a la autonomía, su economía y a su tradición cultural.
“Este es un paso histórico y es un mensaje de Bogotá hacia el país”, expresó Ivonne González Rodríguez, Subdirectora de Asuntos Étnicos de la Secretaría Distrital de Gobierno de Bogotá, quien estuvo presente en la reunión. “Es la primera vez en la historia de la ciudad que se incorpora un artículo al Plan de Desarrollo que contenga la transversalización del enfoque étnico y se haga realidad a partir de su implementación en cada una de las localidades”.
Para llegar a este punto en tiempo récord, funcionarios de la alcaldía local de Antonio Nariño realizaron múltiples reuniones de acercamiento con los cuatro pueblos indígenas identificados en el territorio. Sobrepasando barreras de comunicación virtual y conectividad, sobre todo en tiempos de pandemia, se logró una concertación que reunió los intereses de todas las etnias, incluyendo las comunidades afro que residen en Antonio Nariño.
“En Antonio Nariño veo una integración de los pueblos muy importante. La actitud de colaboración y poca fricción entre pueblos permitirá concretar proyectos relacionados, por ejemplo, con la economía tradicional – elaboración de tejidos y trabajos manuales de diferentes tipos–”, expresó Fabiola Piñacué, Gerenta de etnias del distrito en el IDPAC, quien estuvo presente en la reunión.
La Alcaldía Local de Antonio Nariño ha dispuesto una Mesa de diálogo con las máximas instancias de participación, concertación y decisión étnica en la localidad, la Mesa de los Pueblos Indígenas y el Consejo Consultivo de Comunidades NARP (negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros). Son instancias de participación, concertación y decisión, para las comunidades étnicas de la localidad.
“El espíritu de la Mesa es que todas las comunidades, independientemente de sus diferencias culturales, políticas y espirituales, se encuentren en un solo objetivo, generar acciones para mejorar sus condiciones de vida”, expresó Sandra Chindoy, Referente Indígena de IDPAC para Antonio Nariño y perteneciente al pueblo Kamentsá.
La protocolización del Artículo 66 comienza a pagar la deuda histórica que Bogotá tiene con las comunidades étnicas que desde hace décadas se han asentado en el distrito, conformando parte de la identidad bogotana.
