El concierto en el Teatro Villa Mayor se llama ‘Paisajes sonoros del Siglo XX, canciones corales de Francia e Hispanoamérica’, con un repertorio que invita a un viaje por el impresionismo francés hasta llegar a las canciones corales que por el mismo tiempo se estaban componiendo en este lado del mundo.
El impresionismo en la música es una tendencia que surgió en Francia a finales del siglo XIX, dando continuidad al movimiento artístico que iniciaron los pintores –Monet, Degas, Renoir–. Claude Debussy y Déodat de Séverac son los mayores representantes de esta corriente en la música, junto con Maurice Ravel y Erik Satie.
“Los pintores impresionistas no querían hacer imágenes directas –un lago o una montaña–, sino que trabajaban más con la insinuación de las formas logrando paisajes más etéreos. La música adquirió ese carácter, en oposición al romanticismo y a las sonoridades clásicas. En esos periodos se manejaban tempos y velocidades estables, en el impresionismo se alejaron de esta manera de hacer música y lo que se busca es generar sensaciones más que ideas directas”, explicó la maestra Cifuentes, directora del Coro Filarmónico Juvenil.
Un coro se divide en cuatro voces principales: soprano y contralto (voces femeninas), tenores y bajos (voces masculinas). Cada voz tiene un mínimo de ocho personas. La complejidad de una canción depende de la amplitud del rango (qué tan altas o bajas sean las notas que los cantantes deben alcanzar), la tonalidad (una determinada organización jerárquica de las notas a partir de la nota tónica), los acompañamientos (si hay una orquesta o instrumento acompañando al coro), entre otros parámetros.
El programa que se presentó el 14 de junio en el Teatro Villa Mayor tuvo un acompañamiento de piano, con obras que fueron escritas para ese instrumento.
“Escuchar a los compositores del impresionismo francés, como Ravel, Faure y Debussy requiere una disposición diferente por parte del coro, no solo porque hay que cantar en francés y solo dos de los cantantes manejan ese idioma, sino porque se trata de música que no es completamente tonal con una sonoridad estandarizada.
Cada voz se maneja de manera distinta”, ahondó la maestra Cifuentes.
Los integrantes del Coro Filarmónico Juvenil hacen uso del Alfabeto Fonético Internacional para descifrar la correcta pronunciación de la letra de las canciones que están en un idioma diferente al español. El Alfabeto Fonético Internacional es un sistema de notación fonética creado por lingüistas para definir de forma estandarizada la representación de los sonidos de cualquier lenguaje oral.
“Además del entrenamiento musical, realizamos un trabajo de pronunciación y dicción correcta. Lo hacemos mucho en alemán, italiano, francés y ruso”, reveló la maestra Cifuentes.
Ensamble de voces
El trabajo de ensamble en un coro puede llegar a ser una tarea compleja, en tanto que cada cantante tiene una voz diferente y debe acomodarla para que suene bien, acoplada con la de los demás. Los 40 cantantes interpretan una polifonía y se requiere mucho trabajo de oído para no perder la concentración y mantener la línea melódica, cada voz debe saber en qué momento tiene protagonismo. El trabajo de dirección de un coro consiste en contar una historia en cada pieza, logrando la armonía de esas 40 voces.
“Considero que el trabajo artístico de un coro se parece bastante al del teatro, porque se trata de recrear escenas donde hay un protagonista, actores con roles secundarios y extras. El papel de cada uno es crucial para lograr la atmósfera indicada y todos deben reconocer cuál es su momento de brillar”, explicó la maestra Cifuentes. “Mi trabajo como directora, además de ensamblar las voces, consiste precisamente en determinar cómo se va a contar una historia haciendo uso de cada uno de los elementos del coro y diseñar la escena”.
El trabajo de laboratorio que realiza un director de coro consiste en dar carácter a cada pieza, lograr que suene romántica, alegre o dramática, según corresponda. Todos estos ajustes le dan carácter a la interpretación y hacen que ‘O Fortuna’ del Carmina Burana tengan ese impacto, por ejemplo.
“Quise hacer un programa de música académica. Para este concierto quise manejar música académica, no arreglos de música popular. Hacemos conciertos en diferentes espacios, como iglesias y auditorios de colegios, pero en el Teatro Villa Mayor tenemos la oportunidad de tener una excelente acústica y vale la pena aprovecharla para repertorios más especializados”, dijo la maestra Cifuentes.
Coro Filarmónico Juvenil
El Coro Filarmónico Juvenil está conformado por 40 cantantes entre los 18 y los 26 años, músicos profesionales o en formación de todo Colombia, que han presentado una exigente audición para conformar este selecto grupo. Este coro se creó en 2014 con 25 miembros y desde entonces ha estado bajo el liderazgo de la maestra Diana Cifuentes, quien con más de 10 años de experiencia en la dirección coral ha llevado a este grupo de jóvenes músicos a interpretar piezas de alta complejidad.
El Coro Filarmónico Juvenil tiene un repertorio sumamente variado, que va desde canciones sencillas para niños hasta composiciones de música sinfónica coral, que requiere un entrenamiento arduo porque la ejecución precisa resistencia y muy buen oído. El año pasado el Coro realizó su primer montaje para ópera.
“Igual que con cualquier instrumento, para ser cantante coral debes estudiar por varias horas al día para perfeccionar la técnica y el estilo. La voz es nuestro instrumento”, expresó la maestra Cifuentes. “Muchos con talento piensan que pueden cantar, y así es, pero deben tener un entrenamiento intenso para lograr el nivel que requiere el canto coral”.
La mayoría de los integrantes del Coro Filarmónico Juvenil son estudiantes de canto lírico, otros de canto popular y otros son cantantes empíricos con experiencia coral de toda una vida. El Coro Filarmónico tiene un entrenamiento de mínimo 9 horas semanales en grupo, más el entrenamiento individual de cada músico.
El concierto del Coro Filarmónico Juvenil se presentó en el Teatro Villa Mayor gracias a la alianza con la Orquesta Filarmónica de Bogotá.