Son de Pueblo es un colectivo de músicos tolimenses, ibaguereños en su mayoría, que se unieron para tomar la música folclórica del interior del país para experimentar y jugar con ella, hasta lograr composiciones contemporáneas que suenan a bambuco y a torbellino, pero hablan de cosas del mundo de hoy y dan ganas de ponerlas en una fiesta.
Wilington Rodríguez es el creador de esta agrupación que lleva nueve años de trabajo artístico. Un estudioso de la música colombiana que decidió que ritmos como el rajaleña, el bunde y el sanjuanero deben salir de la estantería, de los escenarios habituales y los concursos tradicionales, para incorporarse a la vida cotidiana de las personas, como en sus orígenes.
“Llevo toda mi vida dedicado al folclor y me encanta, pero siempre quise tener un proyecto que acercara la música colombiana al gusto popular, para que se pueda volver a bailar, que pueda estar en una fiesta, que pueda narrar lo que nos pasa hoy”, afirmó el maestro Wilington.
Llegar a una fusión como la que ha logrado Son de Pueblo requiere preparación y estudio, para conocer a fondo las raíces de cada uno de los géneros musicales del interior del país, para mezclar los ritmos con habilidad, y para lograr un sonido contemporáneo.
Los integrantes de Son de Pueblo son egresados de conservatorios musicales de Tolima y de Ibagué. Músicos apasionados por el folclor colombiano se la quisieron jugar por darle un nuevo aire a estas músicas que anhelan los abuelos, esta vez explorando las posibilidades que permite el folclor, más allá de la música de las costas.
“Nuestras canciones hablan de fútbol, de la buseta, de la calle, del medioambiente. La música colombiana es muy bonita y sumamente rica, pero si se queda en las temáticas de las hablaban los músicos de antaño se vuelve lejana. Se queda encasillada en un homenaje a los tiempos de ayer”, explicó el maestro Wilington.
El rajaleña se utiliza como música de mofa en la época de San Juan, Son de Pueblo lo volvió canciones de amor con el pop; el baile negro se utiliza en tiempos de carnaval, Son de Pueblo lo convirtió en música para vientos y le hizo un homenaje a la Selección Colombia; frente a la problemática de la mina La Colosa, Son de Pueblo hizo una canción protesta a ritmo de bambuco; como está de moda la champeta, Son de Pueblo hizo una versión acústica que se sale de lo electrónico.
“Lo rico de la música es jugar con ella, voltearla al derecho y al revés para que se fortalezca y progrese, para que cambie como cambia la cultura. El respeto por la música colombiana es total, pero no como un objeto de museo, sino como algo maleable que puede tomar muchas formas”, dijo el maestro WIlington.
La idea de explorar a fondo el folclor colombiano se reafirmó con el trabajo de musicalización para la compañía de danza tradicional Orkéseos durante 18 años. Esta compañía es reconocida nacional e internacionalmente por su fuerte componente creativo, en donde lo importante no es solo replicar la manera de bailar de una comunidad, sino develar lo que está inmerso en la danza tradicional como práctica cultural. Son de Pueblo ha girado con Orkéseos por festivales del mundo desde el año 2011.
Son de Pueblo es una agrupación que ha crecido bastante. Cuenta con 27 miembros, que se reparten en tres sedes, actualmente están en Puerto Vallarta (México), San Juan (Tolima) y Bogotá. En el concierto del sábado veremos 9 músicos en escena.
El concierto de Son de Pueblo será el sábado 25 de mayo a las 5:00 p.m. y es traído al Teatro Villa Mayor por el programa Cultura en Común de Idartes.